Actualmente vivimos en un mundo lleno de información donde escasea la credibilidad en ciertas ocasiones y más, si proviene del entorno digital. Es por ello, que la efectividad de los influencers en muchas ocasiones se pone en duda. Hoy en día mas de 20 millones de personas lo han convertido en su profesión, por lo que es complicado llegar a creer toda la información que transmiten todos y cada uno de ellos. Los influencers son el principal pilar de la comunicación en redes sociales por lo que tienen que analizar detalladamente todo lo que dicen y como lo dicen, puesto que tienen un gran poder de atracción y convencimiento con sus seguidores; se trata de aquellas personas que tienen el potencial de crear engagement y de influir hacia la compra de productos o servicios con un público objetivo. Cada vez son más las empresas que introducen en su plan de marketing acciones con influencers en concreto, más con instagramers, con el objetivo de dar a conocer a las mayores personas posibles su producto o servicio y ser de esta manera, más cercano.
La viralidad tiene que ver con el deseo del usuario de compartir contenido que gusta y que conmueve por lo que es fundamental que los influencers creen contenido creativo, que llame la atención a sus seguidores, que sea diferencial… para que consigan hacer una campaña viral. Ellos son los auténticos generadores de la viralidad. Ellos lo tienen más fácil que el resto, por el hecho de ser más conocidos, puesto que pueden conseguir en un periodo muy corto de tiempo que algo sea todo un “boom”. Para ello, deben saber adaptarse, conocer el producto que van a patrocinar y estar de acuerdo con los valores de la empresa para poder hacerlo. Son los responsables de generar contenido relevante, no son publicistas, por lo que deben saber fidelizar a sus seguidores y diferenciarse ya que entre ellos tienen mucha competencia. Otro aspecto, es que las opiniones de los usuarios importan y mucho, ya que un comentario tanto positivo como negativo hacia algún producto o servicio puede hacer que otra persona cambie de opinión. La medición de su influencia y la capacidad de viralizar contenidos deben de ser la base para crear una estrategia de marketing digital, en concreto, en redes sociales.
Hablando de la viralidad, por ejemplo, en Twitter, red social por excelencia para mostrar opiniones y conversar con otros usuarios, se ha convertido hasta en un medio de comunicación para muchos famosos. El pasado año, en 2019, por poner un ejemplo sobre lo que se puede llegar a conseguir, el tweet con mas viralidad fue protagonizado por un humorista: Ibai, el `caster´, el cual publicó un video explicando una clase magistral de como enfrentarse a los exámenes de selectividad. Este tweet alcanzo los 206 millones de likes en poco tiempo.
Pero la realidad, como mencione anteriormente, es que existen influencers con poca credibilidad, que recurren al engaño comprando seguidores. El truco es sencillo y además tiene un bajo coste, ya que internet está lleno de páginas web que permiten comprar followers para cualquier red social y para cualquier usuario con el fin de aumentar la influencia. Por lo que no todo lo que parece, es. Por ello, es conveniente que la empresa siempre que se decida a hacer una campaña a través de algún influencer, se asegure de que no sea un bluff.
¿Y, cómo pueden saber esto las empresas?
Pues, existen ciertas técnicas para comprobar la fiabilidad, las cuales se pueden resumir en las 3V: visión, valor y visibilidad.
En cuanto a la visión, para que la gente les siga, tiene que saber a donde se dirigen. Detectar las tendencias actuales y hablar de ellas a través de la pasión. A diferencia del bluff, este suele repetir lo que dicen los demás y sin ningún tipo de sentimiento.
Lo que se refiere al tema del valor, los influencers aportan ideas valiosas y útiles, en cambio el bluff no aporta nada, se dedica a publicar contenido de dominio público, no el suyo propio.
Por último, en cuanto a la visibilidad, el influencer sabe gestionar los tiempos, los canales y las herramientas adecuadas para transmitir el valor. El bluff se registra en todos los medios digitales posibles, intenta estar en todas partes y al final, no se centra en ningún canal.
Para finalizar, un verdadero influencer, se dedica a distribuir valor tanto propio con ajeno, no le importa el numero de seguidores y le gusta agradecer a los demás que compartan y comenten sus publicaciones. Cuando hacen contenido original y diferencial, tienen más posibilidades de destacar y ser elegidos para realizar ciertas colaboraciones con marcas de gran valor. Eso sí, todo ello, requiere tiempo, capacidad de comunicación inmediata, ideas singulares y poder soportar todos los comentarios que les puedan escribir. La realidad es que hoy en día, el ser influencer, esta criticado por mucha de la población por ser considerado un trabajo. La gente lo único que piensa es que no tienen que hacer ningún esfuerzo, que le pagan todo y que les regalan continuamente productos o servicios. La realidad es que tienen mucha competencia, y cada vez más porque es el trabajo soñado de muchas personas, básicamente por ser influenciados y creerse todo lo que ven, ya que casi ninguno suele publicar cuando ha tenido un mal día. En mi opinión, es un trabajo que considero que es complicado llegar alto y triunfar SIENDO REAL por lo que no tendría que ser tan criticado hoy en día.
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